En la multiplicación, el orden de los factores no cambia el resultado, sin embargo en el mundo de los negocios el orden de los factores si afecta al resultado. Vivimos en la época de los emprendedores, está de moda, está bien visto y favorecido por todos los estamentos de la sociedad… ¡Enhorabuena! Porque hace solo unos años el mantra era ser funcionario o trabajar por siempre jamás en una gran empresa.
Hay varios temas que no me gustan del ecosistema actual de emprendimiento:
- Todos son emprendedores: Una peluquería, una panadería, el fontanero, etc… Yo digo, ¡No! Son autónomos o pequeños empresarios, pero no emprendedores. Se que a la política le resulta más cool hablar de emprendedores que de autónomos o pequeños empresarios, pero no entiendo el porqué, ya que ser un pequeño empresario o autónomo tiene mucho mérito y se merece el mayor de los respetos de todos.
- Lánzate que si te esfuerzas el resultado llegará: Esfuerzo y resultados son cosas completamente diferentes. La gran realidad a la hora de montar una nueva empresa (o perdón una start-up!!) es que, efectivamente, requiere mucho esfuerzo, pero también en la gran mayoría de los casos algo acaba fallando o simplemente no ocurre. Y a la realidad le da igual que te hayas dejado la piel en el camino.
- Emprender antes de nacer: Hay casos, algunos realmente preocupantes, de jóvenes que se lanzan a emprender porque tienen una gran idea, y todo el ecosistema del emprendimiento le da cobertura porque es mucho más mediático que un chico/a de 17 años está montando el nuevo Facebook a que un experto de 48 años va a lanzar el proyecto X tras años de estudio. ¿Alguien asesora al chico/a de las implicaciones legales que supone ser empresario, administrador o consejero de una sociedad? Emprender no es un deporte, ni un juego y no debe tratarse como tal.
Personalmente, participé en mi primera empresa con 23 años, cuando no sabía ni que existía la palabra emprendedor. He pasado por todas las fases del proyecto, desde la ilusión inicial, el abismo de no tener ingresos y no llegar a final de mes, el momento del cambio de negocio porque no nos comíamos un colín (perdón, ¡pivotar!), el crecimiento por estar encima de la ola, el sufrimiento de remar, remar y remar para no tener ningún resultado y el vértigo que supone enfrentarse a la responsabilidad de tener que parar un proyecto en el que has dedicado 15 años de tu vida, o tener que despedir a buenos trabajadores y amigos a la calle (momentos duros).
Emprender no es fácil, no es un juego, no se hace de 9 a 5, ni de lunes a viernes, emprender es un estilo de vida, afecta a tu vida personal y requiere un esfuerzo y una determinación que no todo el mundo está dispuesto a asumir. Esto es lo que realmente se debería contar a un potencial emprendedor antes de empezar y, si después de todo esto aún sigue teniendo ganas de emprender, bienvenido, porque es una forma de vida apasionante, llena de cambios, llena de subidones al cielo y de bajones hasta el infierno, y por eso digo que es un estilo de vida, no un trabajo.
Por eso, mi mejor consejo para tod@s los que quieren lanzar su empresa o start-up es «Aprende, Comprende y sólo después Emprende«.