Todos sabemos que la innovación es un mecanismo para afrontar momentos de incertidumbre y para anticiparse al futuro, de ahí que los procesos de innovación se conviertan en un camino para cerrar brechas entre lo que sucede en el presente y lo que se avecina en los próximos años, para las personas, las empresas, los países.
Para mantenerse vigente en esta oleada de evolución que viven todas las empresas alrededor del planeta, la innovación debe estar presente de forma transversal en la organización, permitiendo crear e implementar diferentes estrategias que construyan una cultura de cambio y transformación soportada en la generación de ideas para dar respuesta a los retos permanentes y las necesidades del mercado, de los clientes y de los colaboradores mismos, quienes participando activamente pueden hacer posible el logro de mejoras incrementales, el desarrollo de nuevos productos y servicios orientados a impulsar el crecimiento, y el cumplimiento de los objetivos estratégicos de la compañía.
En el proceso de implementación y maduración del sistema de innovación de la empresa, es necesario crear estrategias y programas que propicien las condiciones necesarias para generar una cultura de disrupción, orientada a impactar positivamente la manera cómo el talento humano afronta su día a día e interactúa con sus círculos de influencia. De esta forma, es posible impulsar una revolución desde el interior de la organización, que transforme a toda la compañía hacia una comunidad en permanente producción de ideas y que no tema proponer diferentes formas de abordar las situaciones. Como resultado, cada vez más las personas estarán abiertas a proponer sus ideas frente a los momentos de incertidumbre.
En este sentido, nos dimos cuenta, desde nuestra propia empresa, que era necesario encontrar en toda la organización los aliados del sistema de innovación, ese talento que vibre e inspire a los demás a ser su mejor versión, personas que lideren la revolución de la transformación de nuestro ADN. Teniendo en cuenta nuestra propia premisa de que este proceso de cambio debe ser conducido y dirigido por las personas y hacia ellas mismas, hemos desarrollado un programa de fortalecimiento de la cultura organizacional, denominado “Change Makers” o hacedores de cambio, son esas personas que a lo largo y ancho de la compañía buscan marcar la diferencia y a su vez, se caracterizan por fomentar e incentivar un pensamiento disruptivo para sí mismos y con su círculo de acción más cercano.
Ustedes se preguntarán, ¿cuál es la función principal de un Change Maker? Teniendo en cuenta su espíritu proactivo, creativo y curioso, son los encargados de facilitar la inserción, desarrollo, maduración y sostenibilidad de dinámicas que impulsen la detección de oportunidades de mejora, cambio y potencialización del negocio de la compañía, centrándose en los pilares estratégicos como lo son la innovación y la transformación digital. Su reto es proponer nuevas formas de hacer las cosas, ante determinados problemas o necesidades que se identifiquen en los diferentes procesos de la organización. Para poder cumplir esta meta, hemos desarrollado un calendario de capacitaciones e incentivos que motiven a nuestra comunidad a continuar con este viaje y mantener el tren de la innovación marchando en su quehacer diario.
Hasta la fecha hemos logrado vincular una primera generación de Change Makers. En total contamos con 36 valientes integrantes, que superaron una primera etapa de convocatoria y un proceso inicial de capacitación. Nuestra primera generación participó en un Bootcamp donde tuvieron la oportunidad de conocer metodologías de innovación por medio de la resolución de un reto transversal para la compañía. Estos Change Makers se reunieron durante aproximadamente 30 horas, en pequeños grupos de trabajo para entender, definir, idear y testear una solución idónea para el desafío propuesto. Los resultados de este proceso inicial de capacitación fueron presentados en una batalla de pitch donde se eligieron las mejores soluciones.
¿Qué viene ahora? esa es la pregunta del millón y nuestra respuesta es darle rienda suelta a que la innovación ocurra gracias a la intervención de las mismas personas y para que esto realmente suceda, es deber nuestro continuar incentivando la participación e inserción de una cultura enfocada en la transformación y en la mejora incremental. Esto lo lograremos por medio de capacitaciones, encuentros de aprendizaje, socialización de buenas prácticas y destacando al talento que se empodera a sí mismo y a su entorno directo para que cada día seamos más quienes entendemos, asumimos y nos arriesgamos sin miedo al fracaso, ya que esos momentos son los que nos enseñan a ser resilientes, disruptivos y marcar la diferencia en nuestro quehacer diario.