Dentro de todas las peculiaridades que han marcado el año 2020, una de las que más se ha hecho notar ha sido la adopción masiva de modelos de teletrabajo en multitud de sectores económicos. Como hemos visto a lo largo de estos meses, el teletrabajo es algo que venía acaparando cada vez mayor protagonismo en nuestras vidas. En la entrada enlazada podemos ver que, por ejemplo, de 2005 a 2017 el número de teletrabajadores había incrementado un 115% en Estados Unidos o que la COVID-19 ha acelerado 4 años el proceso evolutivo de la adopción del teletrabajo por parte de las empresas. Pero también es cierto que este fenómeno parece estar directamente relacionado con la evolución de la pandemia mundial de coronavirus que, si todo marcha como pronostican muchas voces expertas, en 2021 debería pasar a la historia. ¿Qué sucederá entonces con esta ola de teletrabajo que ha impregnado el mundo empresarial?
Encontramos estos días un magnífico artículo de la consultora McKinsey reflexionando precisamente sobre qué es lo que viene a continuación para el trabajo remoto, un texto que destila las conclusiones de un estudio que han realizado analizando más de 2000 tareas y 800 puestos de trabajo en nueve países. Y empiezan casi por el final. Según comienza el texto, nos proponen ya una conclusión: “Es probable que los modelos híbridos de trabajo remoto persistan después de la pandemia, principalmente para una minoría de la fuerza laboral altamente educada y bien remunerada.” Pero ¿y para el resto?
“El virus ha roto las barreras culturales y tecnológicas que impedían el trabajo remoto en el pasado, poniendo en marcha un cambio estructural en el lugar donde se realiza el trabajo.” Esta reflexión que destacan desde McKinsey parecería una de las principales claves. Ya nada será igual, esta crisis nos ha enseñado las grandes ventajas de emplear modelos de teletrabajo, y también nos ha preparado para descubrir, cuando no directamente para asumir, gran parte de sus retos. Y pese a que claramente un importante número de puestos de trabajo son imposibles de ofrecer en modo remoto, o bien otros son mucho más productivos al hacerlo de forma presencial, también hemos descubierto que otra buena parte de empleos son incluso más productivos al ser realizados en modo remoto.
¿Qué actividades podrán continuar realizándose en modo teletrabajo sin perder productividad, y en qué medida? Esta es una parte en que se centra el análisis, y que acompañan de una visión gráfica que se clasifica no tanto por puestos concretos de trabajo sino por tareas, en donde los claros ámbitos en que el teletrabajo podrá seguir realizándose en un muy alto porcentaje es para funciones como la formación, el pensamiento creativo, la interacción con sistemas informáticos, la comunicación con clientes o el análisis y procesado de información. Al hacer foco específicamente en sectores de actividad, los mejores parados para continuar teletrabajando sin perder productividad serían las finanzas y seguros, la administración, los servicios profesionales o el de IT y telecomunicaciones.
El estudio destaca además que serán aquellas economías avanzadas las que podrán beneficiarse en mayor medida de la continuidad del teletrabajo sin perder productividad. Así, Reino Unido es el que mejor sale parado, con una previsión de un mínimo del 33% del tiempo laboral pudiendo ser realizado de manera remota. España, país incluido dentro del análisis, podría realizar hasta un 26% de horas en modo teletrabajo sin riesgos de perder productividad.
Como puntos finales, se centran en los modelos híbridos que aúnan teletrabajo y trabajo tradicional, apostando por estos modelos decididamente como los más probables y beneficiosos en el corto y medio plazo. Modelos híbridos de trabajo de los que hablamos hace poco en esta entrada.
Sin duda, 2020 ha sido un año de muchos cambios, y el del cambio de mentalidad sobre el teletrabajo parece que será uno de los más influyentes en adelante. Los temores y mitos acerca de que no estamos preparados para permitir que los trabajadores se queden en sus domicilios se derriban gracias a los resultados: “Con nueve meses de experiencia a sus espaldas, más empleadores están viendo una productividad algo mejor de sus trabajadores remotos” destaca en artículo. ¿Será 2021 el año definitivo de la consolidación del teletrabajo? El reto está servido.
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Sin duda los modelos híbridos, que combinan trabajo remoto y trabajo en oficina, tienen recorrido y perspectivas de surgir triunfadores en el escenario actual y futuro. El reto ahora es comprender las necesidades que nos permitan acercar ambos mundos. En innovan.do hemos recopilado las reflexiones de distintos expertos y colaboradores de nuestro portal acerca del futuro del teletrabajo en la gestión de la relación con el cliente en este eBook gratuito.
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