La conversación sobre los cambios en la forma de proveer servicios médicos se han visto avivada durante los últimos años por revoluciones como la del Big Data y su análisis, pero el mayor cambio viene de la mano de la Telemedicina.

La Telemedicina no es algo nuevo, de hecho, el primer caso de Telemedicina para ayudar a un paciente sucedió en 1967, pero hasta la situación de distanciamiento social adjunta a la pandemia, se trataba de una práctica algo tímida, o cuanto menos, fuera del foco social.

Por la imposibilidad de tener consultas cara a cara, muchos profesionales de la salud se han visto obligados a utilizar los medios disponibles, ya sean apps especializadas u otras más tradicionales como el correo electrónico o programas de videoconferencia, para realizar sus consultas. Puede parecer obvio, pero eso significa que pueden proveer de un cuidado primario a sus pacientes sin la necesidad de que exista un desplazamiento de ninguna de las partes. Esto y la creciente aceptación y uso de estas tecnologías por la ciudadanía, nos indican que la Telemedicina, incluso si la vacuna contra el COVID-19 llega pronto y es accesible, va a permanecer como un recurso más a la hora de atender al paciente.

Os dejamos algunas ideas sobre el impacto positivo de la Telemedicina:

  • Abre la posibilidad al paciente de contar con cuidados médicos de calidad y fácilmente accesibles, proveyendo de una experiencia más completa y con más posibilidades al ciudadano.
  • Permite a posibles pacientes, en lugares de difícil acceso o sin un centro de salud cercano, acceder a un cuidado de calidad en su área.
  • Genera seguimientos más frecuentes y por lo tanto, posibilita una mejor relación entre el profesional y su paciente.
  • Su aceptación hace más fácil a los centros con menos recursos el externalizar el servicio de Telemedicina.
  • El paciente tiene mayor control sobre la forma en la que se está llevando a cabo su tratamiento por razones como el aumento de frecuencia en la comunicación paciente-profesional.

Aunque la Telemedicina puede traer muchas bondades, si se soporta sobre una organización y sistemas endebles, puede hacer más daño que otros campos donde se utilice la comunicación a distancia para conseguir resultados. Por eso, si se trata de un sistema que va a permanecer en nuestro día a día, debemos darle la atención y recursos necesarios; sobre todo ahora, que es cuando más se necesita.

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Sobre el autor

Mariola Montoya

Periodista y comunicadora audiovisual que junto a su curiosidad innata da un enfoque único a su contenido.

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