Para una gran mayoría de empresas, la teoría se ha convertido en realidad en este año 2020. Ya no hace falta hacer ejercicios de simulación para confirmar el impacto de detener varias áreas de negocio dentro de una organización paradas. El confinamiento motivado por el coronavirus nos ha mostrado esa realidad a la que trata de hacer frente los planes de contingencia que rara vez han de ponerse en marcha. Seguramente, en la mente de muchos profesionales, dichos planes de continuidad han pasado de ser una sección más dentro de los requisitos de un servicio a ocupar uno de los primeros puestos en sus preocupaciones. Y razón no les falta.
Dejando de lado el coronavirus, aunque sin hacer oídos sordos a sus consecuencias en las empresas, no solo de crisis sanitarias ha de proteger su continuidad una organización: desastres naturales tales como terremotos, incendios o inundaciones que afecten directa o indirectamente a los centros de trabajo, situaciones de conflictividad laboral o social que impidan el acceso normal a las sedes laborales, averías técnicas o problemas de suministro eléctrico en edificios, centros de trabajo o centros de datos, ciberataques, brechas de seguridad, y un sinfín de situaciones pueden detener nuestros negocios horas, cuando no días. Hace unas semanas nos preguntamos cuál es el coste de detener un negocio, y la respuesta tiene un dato objetivo realmente impactante: según Gartner, de promedio el coste de detener un negocio asciende a 5600 dólares por minuto.
En la actualidad existen ya soluciones tecnológicas basadas en la nube que pueden sustentar planes de contingencia sin grandes inversiones y con unas capacidades anteriormente impensables. Aquellas empresas que estén pensando en basar sus planes de continuidad en una solución en la nube deberán descartar aquellas que no que ofrezcan las siguientes capacidades:
- Ubicuidad. Al utilizar tecnologías cloud, se posibilita un acceso a las aplicaciones corporativas de forma ubicua y sencilla. Este aspecto es fundamental ya que permite adaptar el modelo de continuidad a casi cualquier circunstancia, incluyendo la deslocalización a terceros países y el teletrabajo.
- Compatibilidad. La solución elegida deberá ser compatible con las aplicaciones corporativas y los sistemas de telefonía actuales que tenga la empresa. Esto permite que cualquier empresa pueda añadir el servicio y protegerse de potenciales contingencias en su fuerza de trabajo.
- Seguridad. Sin duda, deberá incluir las últimas y más avanzadas características de seguridad en el modelo, incluyendo encriptación de las comunicaciones y datos, control de acceso a los usuarios con control biométrico.
- Elasticidad. Hay que buscar propuestas dinámicas que puedan adaptarse a los requerimientos y volumetrías del negocio en cada momento.
Con la madurez actual alcanzada por las tecnologías en la nube, todos aquellos procesos productivos que puedan ser, o que sean, realizados de forma digital, así como sus herramientas correspondientes, tienen un gran aliado en el Cloud Computing. Pero la herramienta para habilitar estos planes de continuidad es solo una parte. La otra, la que diferencia propuestas meramente tecnológicas de propuestas integrales que habilitan verdaderamente la continuidad de todo el negocio, será integrar estrategias de continuidad avanzadas que incluyan procesos de contratación y formación de personal express, así como modelos de operaciones especialmente diseñados para cubrir contingencias técnicas de sistemas informáticos corporativos. Solo de esta manera tendremos un plan de contingencia que realmente se transforme en un plan de continuidad de negocio.
Volvemos a la pregunta del título: ¿está tu empresa preparada para continuar el negocio pase lo que pase? ¿tiene la resiliencia necesaria para mantener los procesos, la productividad y la satisfacción de los clientes en situaciones de crisis? Ahora, ya sea implementando tecnologías y estrategias de continuidad basadas en la nube, o aliándose con partners que ofrezcan soluciones integrales de continuidad, mantener el negocio en cualquier situación puede ser más sencillo, económico y efectivo que nunca.