La transformación digital en las empresas es, por un lado, igual de imparable que necesaria, y por el otro una situación que abarca a prácticamente todo el tejido de la realidad de una empresa: sus procesos, su forma de comunicar y vender, su operación, su manera de relacionarse con el cliente, su manera de planificar y prever estrategias de negocio… hoy todo debe caminar hacia la digitalización del mismo espíritu de las empresas.
La banca es uno de los sectores que más atención ha prestado a esta transformación digital, aunque no está exenta de obstáculos, internos o externos, que le han impedido llegar a la “tierra prometida” de la digitalización. Así, veíamos recientemente en uno de los puntos del pasado artículo de Mariano Regidor como hace 20 años la banca ya estaba dirigiendo sus esfuerzos hacia el mundo digital. En aquel momento una de las claves que respondían al ímpetu por operar desde internet era el enorme ahorro en costes que diversos estudios auguraban, indicando que a un banco le costaría 30 veces menos que un cliente operase desde internet que desde una oficina. Pero nos podemos remontar mucho más atrás en los anhelos de la banca por ser digital: a principios de los sesenta ya operaba el Bankograph, el precursor de los cajeros automáticos actuales, en la Ciudad de Nueva York. Una patente de los esfuerzos del sector por dotar de un entorno tecnológico a las operaciones bancarias tradicionales.
¿En qué estado se encuentra la operación digital bancaria?
Como hemos dicho, la transformación digital tiene innumerables implicaciones y dimensiones dentro de una organización, pero hoy nos queremos detener en esa parte vital que es la prestación real del servicio a sus clientes. Operar digitalmente, poder contratar depósitos y productos de distinta naturaleza financiera de manera digital, desde nuestro móvil, o comunicarnos con la entidad desde canales puramente online y resolver la más amplia gama de necesidades serían algunas de las capacidades puestas a exámen en el informe del fabricante de soluciones tecnológicas Avoka y que lleva por título State of Digital Sales in Banking in 2017
Habiendo estudiado a las principales entidades bancarias de Europa, América y Australia, el informe nos deja algunos highlights en forma de estadísticas:
- Solo el 34% de los bancos analizados ha llegado a esa zona de “estado mínimo de operación digital” que el estudio considera aceptable para pasar el corte
- Menos del 25% del capital de los clientes en sus bancos puede operarse digitalmente, y el porcentaje desciende aún más si hablamos de operaciones desde el smartphone
- La mejora es continua en todos los aspectos analizados desde el año pasado, lo cual indica una clara vocación por la transformación digital en la banca
Interesante además es esta matriz en la que presentan el estado de los bancos analizados con respecto a alcanzar ese estado mínimo del que hablábamos y que ellos consideran la “tierra prometida”
El citado informe estudia además distintas variables relacionadas con este mismo tema, desde la operación móvil, el progreso hacia la omnicanalidad, las ventas digitales, etcétera. Una buena manera de dar un repaso rápido al estado actual de una importante parcela del estado de la transformación digital en el sector bancario.