Transformando los pagos a través del móvil con una forma sencilla, segura y privada de pagar. Este era el slogan con el que Apple presentaba orgulloso su Apple Pay en septiembre de 2014. Ni fueron los primeros, ni fueron los únicos, pero siempre es un hito reseñable que la empresa de Cupertino emprenda camino en un nuevo área de negocio puesto que ellos han sido, de alguna manera, los líderes de lo que va de siglo en cuanto a las innovaciones disruptivas en la tecnología de consumo se refiere.
Casi tres años después, la adopción de las aplicaciones de pagos desde el móvil no parece estar creciendo demasiado, es más, el aspecto es el de que su crecimiento se ha visto estancado, o al menos así se infiere de la gran encuesta realizada por el portal especializado en soluciones de pago online como PYMNTS.com. Dicho portal realiza un extenso estudio sobre casi 8000 usuarios norteamericanos del que se extraen algunas conclusiones:
- Cada vez se descarga menos este tipo de apps, y quienes las tienen descargadas tampoco las usan demasiado por lo general
- Solo 1 de cada 20 usuarios de estas aplicaciones las utiliza en cada ocasión que surge la oportunidad.
- La seguridad no es el problema para no usar este tipo de apps, simplemente los usuarios están cómodos con sus formas tradicionales de pago
Básicamente el problema parece reducirse a que la alternativa no ofrece nada demasiado diferente a lo que ya podía realizarse hasta ahora. Quizá en este punto, sugiere el citado reporte, las empresas impulsoras de estas apps deberían preguntarse cómo hacer que el usuario realmente se sienta atraído usar este tipo de aplicaciones, y cómo hacer que los comerciantes vean una ventaja en ofrecer este tipo de fórmula de pago a los clientes. ¿En qué beneficia a clientes y vendedores utilizar estas wallet apps? Ese es el campo sobre el que deberán trabajar