Una vez que la humanidad desarrolle verdaderos sistemas de inteligencia artificial, ésta se independizará de su creador y empezará a rediseñarse a sí misma de manera continua e incremental. Los seres humanos, limitados por su lenta evolución determinada por su biología, no podrán competir con la inteligencia artificial y pronto se verán superados por ella. El desarrollo de una completa inteligencia artificial autónoma augura el fin de la humanidad.
No, no es la sinópsis del próximo éxito de Holywood. Ni tampoco el argumento de una próxima novela de ciencia ficción, aunque hemos visto ejemplos similares en cine y literatura: las máquinas inteligentes sometiendo a la humanidad, tal y como sucedía en Matrix o Terminator. Pero la cosa, aunque es especulativa, claro, no es atribuible a cualquier desinformado. Estas advertencias las viene haciendo una de las mentes preclaras de nuestro tiempo: el físico británico Stephen Hawkings. Aunque viene tiempo avisándolo, Hawkings ha vuelto a advertirnos sobre un crecimiento descontrolado de la inteligencia artificial recientemente. Pero no es el único personaje relevante del mundo de las ciencias o la innovación que están tratando de advertirnos del posible peligro de la inteligencia artificial. Así, Bill Gates no comprende por qué la gente no está preocupada por el posible impacto negativo de la inteligencia artificial, Elon Musk va más allá y dice que con la inteligencia artificial, estamos invocando al demonio, o Steve Wozniak, quien ha declarado que si no tenemos cuidado, los humanos acabarán siendo las mascotas de las máquinas.
Si bien es cierto que todo gran cambio de paradigma como el que promete la inteligencia artificial (si es que algo en nuestra historia puede ser comparable) siempre ha tenido detractores de gran calado en la comunidad intelectual de su época, también es cierto que detrás de una tecnología poderosa debe haber una reflexión que sirva para dar continuidad y mejora a nuestra sociedad (recordemos los nefastos bombardeos de Hiroshima o Nagasaki como ejemplos de lo que la tecnología sin humanidad puede llegar suponer para la vida de civiles inocentes). La inteligencia artificial abre un inmenso número de posibilidades que ayudarán al ser humano a progresar, pero también, como nos advierten aquellos que firmaron la Carta Abierta sobre la Inteligencia Artificial, “es importante investigar cómo aprovechar sus beneficios y evitar los peligros potenciales”