Sumidos en la recta final del año 2016, apunto de encarar los últimos años de la década, seguimos viviendo cambios continuos a la luz de la llamada revolución digital. Dichos cambios afectan a nuestros hábitos casi por completo: cómo compramos, cómo nos informamos, cómo aprendemos, cómo trabajamos (o buscamos trabajo) y, por supuesto, cómo nos comunicamos.

Cierto es que los cambios son más lentos según analizamos grupos de personas de mayor edad, pero hasta en las generaciones más longevas, el cambio sucede. Del mismo modo, las generaciones más jóvenes son en las que en mayor medida pueden apreciarse los cambios sociales que la popularización de internet y los dispositivos conectados, en especial los teléfonos inteligentes, están haciendo aparecer. Alguien que tenga hijos o hermanos en el rango de edad entre los 10 y los 20 años puede comprobar cuán diferente es esta generación a la hora de relacionarse con sus pares en comparación con el resto de generaciones que ha convivido simultáneamente con los dispositivos analógicos y digitales en sus vidas.

La forma de comunicarse ha cambiado drásticamente. Nos lo muestra cada año la fundación telefónica en su reporte anual sobre el estado de la sociedad de la información en España. En el del año pasado, podemos ver como la mensajería instantánea se consolida como elemento central de la comunicación. De los participantes en el estudio, más del 93%  utilizan las aplicaciones de mensajería a diario, mientras que ya el año pasado descendíamos hasta el 66% en personas que llaman por el móvil todos los días. Estas diferencias se amplían en el caso del segmento de los más jóvenes, en cuyo caso el 100% usan la mensajería instantánea cada día mientras que tan solo 41,2% de los que realizan llamadas a través del móvil lo hacen todos los días. Por cierto, en ese rango de edad, solamente el 31% de los encuestados se comunica vía teléfono fijo, sin especificar frecuencia. En resumen, y como decía hace poco el periodísta Victor Martinez en su artículo para El Mundo, más WhatsApp, menos llamadas

¿Significa esto que la voz está acabada? La respuesta, por el momento, es no. No y, además, también es importante reflexionar sobre los usos de la mensajería instantánea según este reporte: Los usuarios ven la mensajería instantánea como una herramienta para temas que tienen un carácter positivo. En consecuencia, la mayoría la ve adecuada para dar buenas noticias (68,2% de media, 89,5 entre los mayores de 65 años) y, en cambio, un 55% no la considera apropiada para dar malas noticias o discutir. Por ello, la voz sigue siendo clave en la relación entre clientes y empresas, aunque no hay que dejar de reflexionar sobre la realidad digital que cada día pinta un escenario donde la mensajería instantánea juega un papel fundamental

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