Con esta frase proyectada a su espalda en una pantalla de 4 metros de alto, cerraba Mark Zuckerberg la presentación de las nuevas ambiciones que el visionario creador de Facebook tiene sobre su inversión más prometedora: las gafas de realidad virtual y realidad aumentada Oculus Rift.

Si bien la realidad virtual empieza poco a poco a integrarse en, al menos, el imaginario colectivo de la comunidad social más “techie”, quizá su precio (más de 1000 euros para un conjunto completo de gafas y resto de periféricos necesarios) y sus pocas aplicaciones materiales actuales hacen que este tipo de dispositivos estén, de momento, destinados a esa exclusiva porción de consumidores situada aún en los “innovators” y que empieza a calar en los “early adopters”. Y es que el cambio, de suceder, podría ser tan importante para el futuro de las relaciones sociales a través de la tecnología como el que ha supuesto internet o los SmartPhones.

La próxima fase es crear una gran experiencia. Volvemos a la frase anterior. ¿Será que Zuckerberg ha caído en la moda de usar la palabra-tendencia experiencia de forma vacía? No lo creo. El fundador de Facebook sabe que las suyas (más bien, en las que él ha invertido) no son las únicas gafas de realidad virtual que están cogiendo sitio, pero sí sabe cuál es el terreno de juego en donde se disputará la batalla por el cliente: el de la experiencia. Actualmente ya hay disponibles versiones tan básicas como las que ofrece Google con sus modelos Cardboard desde 5 dólares, un aparato en el cual se incorpora tu propio smartphone para ser usado en modo realidad virtual, pasando por desarrollos de empresas como Sony, Samsung, Microsoft (aunque su producto está enfocado principalmente en la realidad aumentada) o quizá el más duro competidor que se ha encontrado hasta ahora el producto Oculus como son las HTC Vive, que al unir fuerzas con el portal de venta de videojuegos Steam, han dado ese paso necesario para ofrecer una experiencia completa y diferenciada a sus compradores, en la cual Zuckerberg ha decidido no entrar.

La próxima fase es crear una gran experiencia. Porque solo así un mercado en el que, como si fueran amapolas, están proliferando estos dispositivos, todos sabemos lo que ha sucedido con otros que surgieron no hace demasiado como los reproductores portátiles de música en mp3, los smartphones, o las tablets: ganará la batalla quien sepa ofrecer una mejor experiencia a sus clientes. El resto, se quedarán muertos de risa en el cajón. ¿La propuesta de Zukerberg para hacer de las Oculus un producto ganador? Está claro, la integración total con el Facebook del futuro

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