Siempre ha habido claras ventajas a conectar los objetivos estratégicos desde arriba hasta abajo de la jerarquía empresarial, y si cabía alguna duda, la pandemia global ha expuesto muchas de las desconexiones y los consecuentes desafíos que pueden surgir si las metas, las prioridades, los últimos avances y la comunicación no son consistentes a lo largo de toda la estructura empresarial.
La distancia social ha sido un componente clave en resaltar la importancia de coordinar la tecnología, el negocio y el Contact Center. Si no fuésemos capaces de mantener un objetivo común y de transformar nuestra actividad para adaptarnos, no hubiésemos podido superar el reto del teletrabajo.
Cuando puedes detallar la relación del negocio con el Contact Center, proveer a tus empleados de las herramientas necesarias para proseguir su actividad bajo nuevas circunstancias y sincronizar los presupuestos con los planes de crecimiento y cambio, puedes cantar victoria. Pero queda el compromiso de mantener esas sinergias y la ambición de querer mejorarlas.
Más que nunca, el Contact Center es la cara de los negocios, y por ello, es de vital importancia que exista una comunicación directa y una estrategia común. La palabra que debería guiarnos es agilidad. Mientras seguimos en un momento de cambios vertiginosos, la capacidad de hacer cambios efectivos de forma congruente debe estar en la primera línea de nuestros planes de negocio. El self-service, las soluciones cloud, formaciones, socios de outsourcing; hay que invertir en soluciones que ayuden a catalizar una visión global y que nos sirvan para dar respuesta a un contexto inestable de forma rápida, eficaz y segura.