¿En qué me ayudan las metodologías ágiles?

Los proyectos se ven afectados por limitaciones de coste, alcance, calidad, recursos, capacidades, tiempo y otras tantas que dificultan su planificación y ejecución, poniendo en riesgo el alcance de los objetivos marcados.

Por lo tanto, apoyarnos en metodologías que nos ayuden a reducir y mitigar estos riesgos se convierte en un factor clave de éxito para nuestros proyectos.

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No en vano, Gartner predice que en breve las metodologías ágiles de desarrollo serán utilizadas en el 80% de todos los proyectos de desarrollo software.

¿Por qué adoptarlas en mi compañía?

El éxito de las metodologías ágiles está relacionado con la creciente velocidad con la que se producen los cambios en el contexto actual.  Este ritmo hace que sea necesario adoptar fórmulas de gestión flexibles que sean capaces de adaptarse a las necesidades de cada situación.

Esto se pone de manifiesto en el propio desarrollo del proceso de construcción de soluciones, en el que se involucra al cliente para que forme parte del equipo de trabajo y la toma de decisiones.

En contraposición con las metodologías tradicionales, más rígidas en cuanto a la toma de requisitos, diseño de la solución y calendario de entregables bajo estrictos contratos; aquellas que son Agile apuestan por revisiones periódicas y entregables con funcionalidades básicas de menor tamaño, lo que nos permite reconducir el camino ante un cambio de prioridades o de nuevas necesidades no contempladas en el alcance inicial.

En definitiva, para entornos complejos donde existe cierta incertidumbre, nos proporciona un marco adecuado para ir construyendo la solución de forma incremental a base de agregar valor a lo que ya tenemos.

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¿Cómo?

Las Metodologías Agile nace como respuesta a las debilidades de las metodologías clásicas de construcción de software, en las que existe una estructura jerárquica inflexible en el equipo de desarrollo (jefe de proyecto, analistas, programadores, …).

Para abordar un proyecto con metodología Agile, conviene entender que es necesario un ejercicio previo de revisión de los modelos de asociación entre los empleados dentro de la organización, ya que equipo de trabajo que participe debe ser multidisciplinar y la selección de personas dependerá de la naturaleza del proyecto.

También debemos tener presente es que esta metodología requiere personal con cierta madurez, puesto que gran parte de la toma de decisiones técnicas se deriva en los especialistas que componen el grupo de trabajo en un modelo más horizontal que de jerarquía vertical. Esta característica de la metodología influye directamente en la motivación e implicación de los componentes del equipo.

El rol del cliente también sufre modificaciones frente al cliente tradicional, al que se involucra en la toma de decisiones con el propósito de maximizar el valor del trabajo que lleva a cabo el equipo.

¿Cuál es su papel en el Contact Center?

Las compañías que ofrecemos servicios de BPO y Contact Center debemos entender las necesidades de nuestros clientes y plantear soluciones alineadas al 100% con sus objetivos. Adicionalmente, el entorno en el que nos encontramos es dinámico y complejo, lo que requiere una postura de mejora continua en los servicios que se prestan.

Por fortuna, ahora contamos con multitud de posibilidades para recibir y procesar inputs de nuestros clientes. Pasar de una comunicación unidireccional a bidireccional nos proporciona información valiosa para tomar decisiones que permitan obtener mejores resultados.

En muchas ocasiones, tomar decisiones supone un cambio en la estrategia o en las prioridades de las soluciones que se están implantando, por lo que debemos ser lo más ágiles posible para atender estas necesidades. Es aquí donde adoptar una metodología que ofrezca flexibilidad y permita conseguir resultados de forma rápida en contextos con cierta incertidumbre se convierte en un factor determinante para el éxito de los proyectos.

¿Cuáles son sus ventajas y desventajas?

Contras: 

  • Implantar esta metodología al 100% requiere una revisión de la estructura típicamente jerárquica de la organización, ya que requiere un modelo organizativo más horizontal.
  • El cliente debe estar involucrado en la construcción de la solución. Su falta de participación supondría un riesgo para el proyecto.
  • Requiere una mentalidad flexible y abierta por parte de todos. No es habitual cerrar el alcance, coste y calendario desde el inicio.
  • El exceso de reuniones puede impactar negativamente si no son productivas.
  • No recomendable si el alcance y el precio está cerrado.

Pros:

  • El cliente está informado del estado del proyecto periódicamente y dispone de entregables funcionales para ir revisando mientras se trabaja en el resto de objetivos.
  • El hecho de que todos los entregables se presenten con la misma periodicidad, hace previsible el trabajo, lo que redunda en confianza.
  • Favorecer la comunicación, integrar al equipo de trabajo en las reuniones y la auto organización aumenta la motivación de los empleados.
  • Es una buena alternativa en entornos con incertidumbre, ya que aporta un marco flexible que permite cambios de rumbo ante modificaciones en las prioridades o necesidades.

Mi conclusión

En ocasiones, no es fácil marcar una línea entre las metodologías de gestión tradicionales y los métodos ágiles, ya que cada situación en los equipos, proyectos o empresas requieren una adaptación específica.

Las ventajas que nos ofrece la filosofía Agile son motivos suficientes para dotar a nuestros equipos de herramientas y conocimientos para encontrar el equilibrio entre lo tradicional y lo ágil. De esta forma, podrán aplicar la mejor decisión en cada reto.

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Sobre el autor

Sebastián Salvatierra Hurtado

Director de desarrollo e Innovación en Konecta. Ingeniero en Informática. Executive MBA ESIC Business & Marketing School.
En mis doce años de experiencia en el mundo de la tecnología, he recorrido un camino que comenzó como desarrollador software. Tras atravesar etapas de project manager, product manager y responsable de departamento, actualmente dirijo el área corporativa de desarrollo en Konecta con equipos distribuidos en España, Colombia, Perú y Argentina.

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