Es un hecho. La transformación digital es imparable y, además, arrasa a su paso. Está produciendo una clara brecha entre las empresas que saben adaptarse a sus demandas y las que no. Dos de los ejemplos más recurrentes son por lo general Kodak y Blockbuster. La primera no supo transitar desde el mundo analógico que dominó durante décadas, es más, que definió durante casi un siglo hasta que entró en concurso de acreedores hace pocos años. La segunda, no supo entender que la gente ya no percibía utilidad en alquilar un contenido cinematográfico físico cuando podía hacer lo mismo sin salir de casa y en tiempo real de manera digital. Dos referentes de su época a los que la brecha digital dejó en el lado de los olvidados.

Las empresas son conscientes, y aún así, el 84% fracasa en abordar sus proyectos de transformación digital según un estudio referido en Forbes. En el artículo de la publicación estadounidense se pregunta al autor del estudio por los motivos por los que fracasan los proyectos de transformación digital, quedando reducidos a dos vertientes fundamentales: por un lado, la falta de consciencia dentro de las empresas de los retos a los que se enfrenta su negocio al programar un proyecto de transformación digital. Por el otro lado, existe un gran problema a la hora de identificar los conductores clave de la transformación digital, perdiéndose así el foco de lo que realmente importa a la hora de desarrollar cualquier estrategia en este sentido, a lo que el citado autor ataca presentando los siete conductores que considera clave en la transformación digital

Pero hay otro punto fundamental que determina el éxito o fracaso de la transformación digital dentro de las empresas. Quizá, de hecho, el punto de partida clave. Conquistar hacia el proyecto al grupo más importante que debe tomar parte en él: los propios trabajadores. Hay que partir de la premisa de que la gente es reacia a los cambios, y que por lo general no los suele entender e incluso tienen miedo a ellos. Por eso es vital para trazar un mapa de transformación digital donde ganarse al empleado de la valía del cambio.

Además, es vital que las empresas salgan al exterior en aras de conseguir sus objetivos de transformación digital. Rara es la empresa que cuente dentro con especialistas capacitados para todas y cada una de las exigentes implicaciones a atender en el proceso de transformación, por lo cual es necesario crear un ecosistema de colaboración con la mente puesta en la consecución última del objetivo principal.

Por decirlo de alguna manera, hay que democratizar la transformación digital para que todos participen en ella al nivel que les corresponda

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