Es indiscutible que la inteligencia artificial vive un gran momento. Cada día nos llega un nuevo proyecto increíble que promete cambiar profundamente cómo hacíamos las cosas hasta ahora: conducción autónoma de vehículos cada día más inteligente, ayuda artificial para conseguir cada día medicinas más avanzadas o diagnósticos más precisos, máquinas que comprenden el lenguaje natural cada día de manera más independiente de un proceso humano detrás, o apoyos en la investigación científica de última generación como, por ejemplo, el salto conseguido gracias a DeepMind de Google en la resolución de uno de los mayores desafíos de la biología actual: determinar la forma 3D de una proteína a partir de su secuencia de aminoácidos, algo que podría cambiar por completo nuestro entendimiento sobre el funcionamiento de los seres vivos para siempre.
Entre los incontables avances que a diario aparecen sobre inteligencia artificial, la Universidad de Columbia acaba de hacer público uno realmente interesante que afectará sobremanera a nuestra interrelación con las “personas virtuales”. Un nuevo estudio revela una técnica de visión por computadora para dar a las máquinas un sentido más intuitivo de lo que sucederá a continuación al aprovechar las asociaciones de alto nivel entre personas, animales y objetos. En definitiva, gracias a esta nueva tecnología, las máquinas están más preparadas para comprender y predecir, en base a lo que está viendo, qué va a hacer una persona.
Aunque ya había trabajos en esta línea, lo realmente importante esta vez es la capacidad de abstracción a alto nivel. Ahora la máquina no tiene por qué predecir exactamente qué va a pasar a continuación, pero sí puede hacer una presunción bastante acertada cuando no lo tenga claro, al igual que hacemos los seres humanos. «Cuando una persona no puede prever exactamente lo que sucederá, juega a lo seguro y predice a un nivel más alto de abstracción. Nuestro algoritmo es el primero en aprender esta capacidad de razonar de manera abstracta sobre eventos futuros» comenta Didac Suris, co-autor del estudio.
Esta capacidad de la inteligencia artificial para contextualizar lo que está viendo y, en consecuencia, predecir el comportamiento de su interlocutor puede tener una importancia crítica a la hora de introducir sistemas autónomos en nuestra sociedad. «Las máquinas cometen errores que los humanos nunca cometerían porque carecen de nuestra capacidad para razonar de manera abstracta. Este trabajo es un paso fundamental para cerrar esta brecha tecnológica» indica Aude Oliva, científica investigadora principal del MIT. Estamos en ese punto en que las computadoras, ante una situación, en lugar de ejecutar una tarea pre-programada, podrán ser capaces de abstraer información relevante y tomar decisiones sobre su próxima mejor acción.
Un estudio en el que se ha entrenado a las máquinas viendo miles de horas de películas o series cómicas como The Office y que podría cambiar para siempre la forma en que nos relacionamos con la inteligencia artificial.