¿Sabías que cada año mueren aproximadamente 2 millones de personas debido a causas relacionadas al trabajo? Según estudios recientes, las jornadas laborales prolongadas provocan defunciones por accidentes cerebrovasculares y cardiopatía isquémica. Sin embargo, el daño no es solo físico: la discriminación, la desigualdad, el exceso de carga de trabajo e inseguridad laboral representan un riesgo para la salud mental, haciendo evidente la importancia de la seguridad y la salud en el trabajo. A nivel mundial, se estima que cada año se pierden alrededor de US $1 billón en productividad debido a problemas de salud mental, según la Organización Mundial de la Salud.
Entonces, ¿qué podemos hacer desde nuestro lugar? Los líderes de las compañías tienen un papel fundamental y desafiante. Para ello, deben comprender cuán importante es el coste humano, social y económico que puede ocasionar un accidente, ya sea mortal o no, las enfermedades ocupacionales producto de la gestión del negocio y el impacto de la gestión del negocio en la salud mental, o lo que llamamos burnout o síndrome del desgaste profesional.
Es importante que las empresas exploren formas de luchar contra esto y crear entornos más saludables. Para garantizar un ambiente de trabajo seguro, existen muchas herramientas, pero la primera y la más importante es el compromiso de los líderes. Luego de esto vienen otras a tomar en cuenta, como la cultura del cuidado físico y mental, las políticas claras, los ambientes de trabajo físicamente seguros, la promoción de la salud mental mediante una comprensión moderna de esta, una comunicación clara y oportuna bidireccional mediante mesas de diálogo siempre acompañados de un experto, capacitaciones y campañas preventivas de salud.
Si una empresa está comprometida, puede ir más allá de lo convencional y aplicar un estándar de calidad. Desde 2018, existe la norma internacional de seguridad y salud en el trabajo, llamada ISO 45001 “Sistemas de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo”. Dicha norma nos ayuda a gestionar el riesgo no solo mirando al interior de la compañía, sino también el entorno. La ventaja de esta norma es que es dinámica y se considera revolucionaria para los profesionales de SST. Adicionalmente, puede aplicarse a cualquier sector y tamaño de empresa, ayudando en una mejor gestión del riesgo laboral, lo cual tiene un impacto positivo en la organización y se refleja en diferentes aspectos.
Tener un sistema de gestión con estándares internacionales está comprobado que genera un retorno económico y un mejor clima laboral para la empresa, y un buen sistema de gestión equivale a menos costes de salud ocupacional, mejor retención de los trabajadores, mayor satisfacción del colaborador y, según el McKinsey Health Institute, se traduce en mayor compromiso laboral al sentirse incluidos y apoyados, libres de estigmas o cargas de trabajo abrumadoras.
Es así que un ambiente de trabajo seguro física y mentalmente produce menos tiempo de inactividad o descansos médicos, menos costes de capacitación por nuevos ingresos ante la salida de un trabajador y, finalmente, suma un impacto altamente positivo en la imagen corporativa de la empresa.