A menudo cuando hablo con mi hija adolescente, le pregunto por sus planes de futuro. Elegir una carrera no es una decisión fácil, ya que pocas personas tienen claro realmente cuáles son sus verdaderas motivaciones. Sin embargo, es una elección realmente importante, y los jóvenes lo saben. Tienen el ejemplo de anteriores generaciones y son conscientes de que dedicarán muchas horas a esa tarea a la que se han encomendado y la pregunta es, ¿el trabajo al que se dediquen les ayudará a ser felices?
Parece que los empleados de hoy en día y más después del COVID, tienen bastante claro, que la búsqueda de la felicidad también en el ámbito laboral es lo primero y que esta búsqueda está íntimamente relacionada con el tiempo que dedican a trabajar con ganas, acercándose por tanto a la definición de profesional. El profesional realiza un trabajo con el que se siente positivamente a gusto y, por este motivo, está interesado en una mejora continua, que le ayude a seguir formándose, avanzando e innovando en su profesión.
Apoyándome en mi experiencia y en encuestas como la mencionada al inicio de este artículo, tanto los candidatos como los empleados, hoy en día valoran más a las empresas en las que puedan avanzar profesionalmente, así como que les ofrezcan formación para ello. En este sentido, parece que los candidatos no quieren estancarse, ni en una posición concreta ni con unos conocimientos obsoletos, sino que desean la mejora continua. Buscan empresas en las que se les ayude a forjar una carrera, valoran las organizaciones que cuentan con planes de desarrollo porque tienen claro que quieren seguir aprendiendo.
Además, hay que tener en cuenta que las empresas están inmersas en una realidad digital afectada por constantes cambios, por tanto, jóvenes y no ya tan jóvenes saben que el futuro cabalga rápidamente hacia nuevos modelos de trabajo, claramente definidos por los rápidos avances tecnológicos. Retos para los que no están preparados y para los que tienen que formarse.
Reskilling y upskilling
Con la amenaza constante de un mundo cambiante, la idea del reskilling y del upskilling, parecen las únicas formas de mantenerse vivo en este mundo laboral. Te traemos algunos datos para aterrizar estos conceptos. El informe Future of Jobs Report 2018, realizado por el Word Economic Forum, por su parte, apunta que durante este año, 75 millones de empleos actuales podrían desaparecer y que se crearán 133 millones de trabajos nuevos.
Pero, ¿sabemos cuál es la diferencia entre reskilling y upskilling? La primera es la capacidad de adquirir conocimientos nuevos sobre algo que no conoces. En cambio el upskilling es ampliar los conocimientos sobre un aspecto en concreto. Según el perfil de cada empleado, es fundamental potenciar uno u otro.
Los conceptos de reskilling y de upskilling son herramientas que las empresas tienen para la motivación de nuestros empleados. Darles la facilidad de que se puedan formar dentro de nuestra corporación, supone un valor añadido para retener a nuestro talento.
En muchas ocasiones, tenemos miedo a que la inversión que supone formar a nuestros empleados, nunca reporte beneficios pero, según el Foro Económico Mundial, el gasto que supone capacitar tecnológicamente a un empleado es un 25% inferior a los beneficios que generaría. Formar a nuestro talento, por tanto, genera muchos beneficios para la compañía, entre ellos, fidelizar a nuestros empleados, motivándolos y beneficios económicos.
Por tanto, lo que podemos decir, es que el reskilling y el upskilling en un win-win, tanto el empleado como la empresa gana. El empleado sintiéndose más valorado y motivado; y la empresa, con un personal más cualificado y que se siente más cómodo en la organización.
*RANDSTAD (Employer Brand Research 2009 y 2022)