Decía el ilustre poeta sevillano Antonio Machado aquello de “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”. Un camino no es más que una unión de pasos. A veces tenemos claro dónde vamos, nos ponemos un fin, comenzamos nuestra andadura con una meta en mente. Otras veces simplemente nos damos cuenta del trecho recorrido al echar la vista hacia atrás, siendo conscientes en ese momento del rumbo hacia el que nos están llevando nuestros pasos.
En los últimos meses hemos comenzado uno de esos caminos que se hacen al andar. Se anduvo sin más rumbo que el de garantizar la continuidad de los negocios, utilizando principalmente para ello modelos de teletrabajo, pero al hacerlo, al ir acumulando pasos, hoy nos detenemos en mitad de un camino y nos damos cuenta que, como decía Machado, no volveremos nunca atrás. Esta nueva senda que iniciamos por la necesidad y el contexto solo puede seguir hacia adelante.
Las empresas han descubierto que el teletrabajo es un modelo que ha llegado para quedarse, un modelo que amplía o complementa sus capacidades en diversos planos como el de la adquisición del talento, la resiliencia de sus negocios, la motivación de sus trabajadores, la sostenibilidad, la ubicuidad y flexibilidad geográfica entre otros, siendo el complemento perfecto para sus modelos tradicionales de acceso al trabajo. Y ahora que dichas empresas han podido, al fin, detenerse en el camino a tomar algo de aliento, ahora que ha desaparecido la urgencia, es tiempo de evaluar dónde estamos, y cómo vamos a llegar hasta donde queremos.
Sin duda, uno de los principales retos para seguir transitando esta vía hacia los modelos de teletrabajo de manera plácida es el de la seguridad. Aquí no hay salto de fe que valga, ahora entra en juego el plano de la estrategia y el de la visión a largo plazo, y para que todo funcione, ese primer punto a resolver, la seguridad tecnológica, es ineludible. Desde la seguridad en el acceso de los empleados, para garantizar que quien está accediendo a la información y aplicaciones empresariales es quien dice ser, pasando por la seguridad de las comunicaciones y de los datos, ahora que estos estarán fuera de las instalaciones empresariales, ubicadas en la nube, y siguiendo por la total certeza de la disponibilidad continua del sistema que permita desarrollar su función a los empleados desde sus domicilios entre otras circunstancias, cualquier solución tecnológica que no garantice total seguridad deberá ser descartada, al igual que debe ser descartado cualquier partner que no se comprometa a gestionar de manera integral la vigilancia del correcto funcionamiento de sus propuestas.
¿Cómo deberá ser la tecnología ideal para el teletrabajo seguro?
Tal y como comentábamos, el único camino que nos llevará con éxito a implantar un modelo de teletrabajo debe pasar necesariamente por el primer paso de garantizar la seguridad a todos los niveles. Por ello, los requerimientos mínimos en cuanto a seguridad en la tecnología que permita adoptar a las empresas el teletrabajo de manera habitual deberían ser:
- Acceso seguro multidispositivo. Una de las ventajas de la nube es la accesibilidad desde cualquier tipo de dispositivo, y aprovechar esta ventaja es fundamental. Pero partiendo de esta ventaja, el reto es encontrar un ecosistema que sea seguro independientemente del dispositivo con que accedemos al mismo.
- Identificación de empleados segura. Ser capaces de garantizar que solo se conectan a nuestra empresa quienes deben hacerlo es crucial. Y aunque los sistemas de autenticación multifactor (MFA) evitarían muchos quebraderos de cabeza en la actualidad, también es cierto que no son suficientes si no utilizamos soluciones que cuenten con identificación biométrica y tokens.
- Políticas de seguridad personalizables. Otro factor fundamental es el de contar con la habilidad de personalizar las medidas de seguridad en base al negocio o sector del mismo, al tipo de servicio, al tipo de tarea de cada empleado, etcétera.
- Redundancia en las comunicaciones. Este punto garantiza la disponibilidad del trabajo remoto pese a que haya posibles incidencias técnicas en alguno de los puntos del ecosistema. Tendremos que buscar aquellas soluciones que ofrecen esta redundancia y que garantizan la prestación del servicio en todo momento.
- Instancias totalmente aisladas. Pese a que estemos trabajando en la nube, eso no significa que debamos compartir recursos con otras empresas, con los riesgos a distintos niveles que ello implica. Por ello, es fundamental que la solución buscada garantice que las instancias dedicadas están aisladas físicamente a nivel de hardware.
- Encriptación de las comunicaciones end-to-end / E2EE. Es la forma de garantizar que las comunicaciones entre usuarios se transmiten de manera totalmente confidencial.
- Otros estándares de seguridad. El mundo de la seguridad informática está en continuo desarrollo y evolución, por eso necesitamos soluciones que se adapten a los más exigentes estándares de seguridad existentes en cada momento.
Por último, y no menos importante, si las empresas deciden contar con un partner de servicios a través del cual contratar las soluciones tecnológicas que les garanticen su andadura en el teletrabajo de forma segura, también deberán asegurarse que dicho partner les provea de tranquilidad. Esta tranquilidad se obtiene cuando todo el ecosistema tecnológico contratado cuenta además, por defecto, con la gestión de un grupo de expertos tecnológicos dedicados en exclusiva cuidar, monitorizar y proteger desde la asistencia técnica a los trabajadores remotos hasta la monitorización técnica y de seguridad 24×7 de todo el servicio. Solo de esta manera la empresa podrá seguir caminando hacia los nuevos escenarios preocupándose de lo que realmente es importante: su negocio y sus clientes.